Ir al contenido principal

EL OTRO LADO DE LA MONEDA

Hace tres años atrás yo estaba casada con mi soledad, después de cinco años sola y haber tenido algunos romances momentaneos. Llegó a mi vida un hombre que sin querer terminé aceptando su invitación para hacer amigos, en aquella página donde buscan pareja. Sin imaginar lo que me esperaría más adelante. Nos conocimos en una linda plazuela, donde terminamos caminando cada uno hablando bien uno del otro, dos perfectos desconocidos intentando conocerse, por supuesto que cada quien tuvo su propia impresión.
Sin embargo en el transcurso de las semanas, noté cierto reclamo, y hasta cierto sentir como si estuviera confundiendo las cosas, como si arrastrara algo del pasado al presente. En ese entonces el se encontraba muy susceptible ante todo. Me pareció algo extraño y creo que debí haberlo dejado allí, pero mi espirítu bondadoso quiso ayudarlo a reencontrarse con su yo, pero al final la que terminó perdiendo su yo interior, fui yo en el transcurrir de los años.
Después de un mes de haberlo conocido escasamente, optamos por tener una relación, fue mutuo acuerdo. ¿pero adonde rayos me estaba metiendo?.  El seguía con sus encantos de principe encantador, a las pocas semanas, dejó de escribirme con sus palabras delicadas y poéticas, para escribirme con mayor confianza y naturalidad. Pasado un mes, noté que intentó celarme con mi primo pensando que él y yo habíamos tenido un pasado amoroso, y por más que le recalcaba que eramos familia, no me creyó, por ende decidí terminar, y hasta allí debió de quedar todo. Hasta allí debí decir, adiós, pero nuevamente regresó con sus típicas palabras poéticas, y sus regalitos y desde ese entonces se convirtieron en clásicos "mea culpa". Regalitos que por el cual en el fondo me abruman, pues nunca antes había recibido tantos obsequios ni por el día de mi cumpleaños, de hecho mi infancia muy pocas veces recibía obsequios, por ende no tuve necesidad de nada material.
Pasado el tiempo, en nuestras innumerables muestras de desacuerdo, su malestar era porque no le presentaba a mi familia formalmente, por mi parte yo nunca antes había hecho tal presentación con anteriores ex, por ende no sabía como actuar o manejar la situación, tal vez me faltó madurez.
Le había hablado a mis amigos sobre él, pues son ellos con los que más confianza tengo. A él, le disgustaba mi mejor amigo, sencillamente no le agradaba y nunca le agradó, decidió escribirle y ponerle el supuesto pare, pero ¿pare de qué?, fueron sus celos. Y una vez más indignada y molesta decidí escribirle a su madre, que por primera vez en mi vida escribía a una madre de familia. Al parecer le molestó tanto que trató de trabajarme emocionalmente. Previamente él me hablaba de sus exs con nombres, me hablaba de sus vidas, y entre me dije, -no puede ser, regreso a lo mismo de antes- justamente quería que se frenara eso de los chicos con quienes he salido me hablaban de sus ex y yo la hacía de psicologa y ahora esto, no puede ser, me dije. Eso hizo que mi ansiedad se activara, y yo presta escuchaba, interesada de todo lo que decía, hasta que se activó mi olfato de indagar que habían sido de estas personas. Busqué y encontré a una chica y luego a otra mi sexto sentido me lo dijo. Le reclamé e inmediatamente retiró fotos e elimino amistad. Y creo que desde allí se dio cuenta que de un pelo de tonta no tengo, por eso actuó con cautela cual zorro viejo.
En el transcurrir del tiempo me gané con su mal humor y eso me impresionó ya había activado mi ansiedad y de pasada activó mi lado reactivo y agresivo.
Puedo decir que en estos tres años y picos, mi relación se fue de picada, sin embargo había algo allí que no dejaba que nos separemos a pesar de todo. Nuevamente pensé, pero que diablos es esto, yo no era así, de hecho nunca fui así, y a pesar que le daba muchas vueltas e interrogantes al asunto nunca tuve una respuesta interna. De pronto llegó el maltrato psicologico, y una vez más fui a buscarlo a la casa de una amistad cercana, él estaba pasado de copas, salimos afuera, discutimos y me empujó contra pared para que me fuera. Y cuando hizo eso, pensé en segundos me voy y me quedo y tontamente me quedé, porque una vez más desde allí debí de decir adiós para siempre. No contenta, lo esperé y así en mal estado lo llevé a un cuarto de hotel, para que descansara, en eso el dejó su celular en la mesa de noche y me entró la curiosidad de saber que había allí, porque tanto secreto. del cual nunca antes había revisado celulares ajenos. Al entrar noté que conservaba fotos de la ex y la hija de esta, conversaba con ciertas personas que poco me interesaba hasta que una conversación llamó mi atención era de una mujer, en ese entonces pareja del primo de mi amiga. Ellos dos conversaban arduamente, y hasta la mujer esta, había mencionado mi nombre, rápidamente entendí que la mujer lo estaba ayudando a conocer más mujeres. Con todo lo que vi, le dejé una nota diciendo todo lo que había visto.  Muy temprano en la mañana va a buscarme a mi casa, con engaño, primero reclamándome por que tenía que revisar sus cosas, pero tomé el toro por las astas, y esté se bajo, entonces nuevamente sus clásicas palabras manipuladoras emotivas. Y nuevamente le perdoné, como si nada hubiera pasado.
Un tiempo estábamos tranquilos y otro tiempo en disturbios, descubrí que cuando él quería alejarse de mí, metía palabras en mi boca para que yo terminara diciendo y cada quien acabara separados. Entonces nuevamente activó mi lado culposo, porque el era experto en todo eso. Lo iba a buscar, y con el tiempo perdí mi orgullo y mi dignidad, me rebajé.
Una vez en una de nuestras tantas reconciliaciones, una mujer me escribió mándandome fotos donde el supuestamente estaba con esa chica de la foto y a su vez la pretendía a ella, era medio raro, porque había sospechas que la pareja del primo de mi amiga de quien había mencionado, estaba detrás de todo esto. Realmente me fue intrigante y puedo sacar mis conclusiones que era más probable que él haya estado metido en otra nota musical, y la mujer por venganza quiso chantajearlo. Aún así no creí en la mujer y seguí con él, y creo que eso lo mesuro, lo mantuvo estable por un corto tiempo, porque en el fondo siempre quiso deshacerme de mí, pero no sabía como, por eso nuevamente salía con sus clásicas obras dramaturgas. Nuevamente nos separamos por un tiempo, nos buscamos y todo.
Mi amiga se casaba y fui al hotel, pero salir juntos, mientras que el se bañaba, nuevamente me entró la curiosidad de saber por que tanto misterio en su celular, él se había llevado su otro celular mientras que el otro lo dejo en la mesita. Entré, y lo que vi fue nuevamente indignante, muchas conversaciones con mujeres, mientras tanto él aun no se duchaba, y su otro celular le alertó que alguien más estaba en línea por eso, salió disparado del baño y nuevamente me reclamó de rebuscona y celosa de posesiva y enferma. Una vez más allí debió de acabar todo del todo, salir por esa puerta y no saber más de él, pero ya había perdido muchas cosas, mi ansiedad activada, la inseguridad, el orgullo la dignidad el sentimiento de culpa, todo eso lo había generado él, el especialista en maltrato psicologico. Me quedé allí, di vueltas, solo nos quedamos un par de horas en la fiesta, me sacó de la fiesta con mucho enojo, y yo como lo había perdido todo, me fui detrás de él. En el hotel, él quedó rendido, mientras que mi curiosidad fue más grande, no podía dormir, entonces actué revise una vez más su celular. Y allí vi mas cosas horribles, fotos de mujeres, de supuestas primas, conversaciones donde mencionaba nuestra relación, haciendose pasar por victima y a mi como la perfecta loca enferma. Me quedé, porque me podía haber ido, pero me quedé para hablar mejor. Ya en la mañana, le enseño con pruebas que me diera una justa razón. Se alteró y como tomé el toro por las astas, el nuevamente su acto teatral pero esta vez del llanto, y sacó a relucir otro capitulo medio extraño de su vida, que nada tenía que ver con la discusión. Me fui y no contenta fui a buscarlo al hotel llevandole el almuerzo. O sea, me había multiplicado en cero, yo para él fui el cero y se dio cuenta antes que yo. Por esa misma razón el me dominaba a su antojo, me trabajaba a psicologia. Ya había perdido todo y lo que activó con mayor fluidez, fue ser ofensiva y reactiva. Ya estaba con la ansiedad, con el orgullo perdido, la dignidad por los suelos, la agresividad encima, palabras feas de en mi boca, ¿qué más faltaba?. Para rematar llegó un embarazo fugaz. Tal vez haya sido una lección o señal de los cielos. Para mi fuera un tortura y lleno de sufrimiento, durante el largo tiempo que estuve internada en el hospital, solo en cuatro oportunidades me fue a visitar. Allí entendi que el tiene un patrón y es el abandono, el abandona a media marcha lo que ya no le sirve o no ve prospero, lo mismo que hizo conmigo, lo hizo con una ex, del cual me lo comentó antes de conocernos.
Caí en depresión y mi cuerpo me lo hizo saber por reiterados síntomas que nunca antes había tenido, es decir mi ansiedad estaba desbordaba y la depresión me estaba consumiendo.
Estando en el hospital había entrado en reflexión con mi yo, en que parte de mi vida se flaqueó. Y di con la respuesta. Era momento de cambiar.
Sin embargo otra vez las peleas, otra vez el distanciamiento, pero esta vez sentía que ya no me afectaba tanto como antes, porque ya había entrado en reflexión. Sin embargo seguía dando vueltas y más vueltas, hasta que finalmente el lanzó la moneda al aire contandome que tenía una supuesta hija, al día siguiente dijo que era una mentira. Esa fue la respuesta: La mentira. Ya estaba cansada, todo este tiempo me había engañado, diciendome una cosa por otra, tapando el sol con un dedo, haciendose pasar por inocente y yo como la loca enferma bipolar y neurotica. Finalmente mi cerebro entendió, mi yo, se reencontró con mis valores propios, y me dije: No más.
Todo este tiempo el había comprado mi yo interior con cosas, con material, en el fondo eso me perturbaba, me hacía chiquita, a tal punto que aprendí a que me diera más cosas, que se encargara de mis pagos, en todo este tiempo el fue mi alimentador, el que me alimentaba no de comida, sino de ansiedad, de tristeza de penas, de acciones perversas.
Jamás, había sido así, nunca antes. Al ver mis fotos de cuan feliz era, de tener muchos amigos, de haber sido deportista, de haber hecho cosas buenas en mi vida, labor social, concluí que los hombres van y vienen, las parejas van y vienen, el amor está en uno. Entendí que el tiempo que estuve con él, solo me llevo a las profundidades de un pantano, no fui una mejor persona, no me trajo paz, ni amor, ni palabras motivacionales, solo me trajo cosas feas y desagradables.
Para terminar, ahora que lo veo diferente, siento que me he librado de un gran peso de encima. Ahora puedo respirar con mayor tranquilidad. Ahora puedo sonreir conmigo misma.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

Comentarios

Entradas populares de este blog

CORRESPONDENCIA

H e revisado mis cartas, aquellas cartas que se mantienen firmes bajo un sobre, esas cartas que puedes releer después de tiempo y volver a sonreír, y recordar ciertos pasajes de la vida. La primera carta que recibí fue de mi tía, cuando ella se encontraba estudiando en Chile, en esa temporada apenas tenía ocho años, me encantaba recibir cartas especialmente para mi, desde ese instante supe que nunca las dejaría. Me encanta las cartas, las notas, las postales, todo que tenga que ser un envío físico y palpapble. La siguiente carta, vendría cuando tenía trece años, y decidí escribirle a Alejandro Sanz, pero creo que anoté mal la dirección, es decir, no fue a parar directamente para el domicilio de Alejandro Sanz, sino para la casa disquera, y hasta le pedí que me obsequiaran el nuevo disco Más, nunca tuve respuesta, entonces lo di por perdido. En los años siguientes, en mi fresca adolescencia, solía comprar revistas Tú, y no es que le haga publicidad, pero en verdad me parece una buena

LAS TRES MARIAS

M is inseparables amigas; Carolina, Antonella y Yo. Nos conocimos en el colegio. A Antonella la conocí desde inicios de primaria y a Carolina en el otro colegio a mitad de secundaria. Las tres estudiabamos juntas, en el mismo colegio y el mismo salón. Con Carolina no nos llevamonos mucho, es mas ella no me simpatizaba, ni ella a mi. A no ser que una vez la profesora de psicología hizo un juego para todas y así poder conocernos, para mi desgracia me toco a ella. Fui a sentarme a su lado y empezar con el juego de preguntas como: ¿Qué haces en tus ratos libres?, ¿Qué comida te gusta?, ¿Cual es tu cantante favorito?, cuando me respondió que es Alejandro Sanz, me brillaron los ojos, y emotivamente le digo que también es el mio y que incluso tenia sus discos y que estoy buscando uno que me falta, y ella me respondió que lo tenia. Para ambas fue muy emocionante porque dimos en la yema del gusto. Fue nuestro cantante favorito que nos unió. Al parecer el juego de las rondas había concluido, ya

DEDO INDICE

N uestro dedo señalador, aquel dedo puntero, justiciero, desenvainado, aniquilador, que se presta para un millón de señales que se van dando conforme lo vamos mencionando uno tras otro. No tenemos conciencia de nuestro dedo y sin querer ya está apuntando, está lesionando cuerpos, quien nadie sabe si es verdad o no. La critica, los malos comentarios, los creos, los que afirman, los que dicen, los que lastiman, los celos, las burlas, las sorpresas, las alegrías ajenas, la pena personal, la culpa, la venganza, la traición, la verdad, la mentira, el me dijo, ella dice, ellos dijeron, tu dijiste, yo le dije, yo me defiendo. Si pues, a veces nuestro dedo índice tiende a jugarnos una muy mala pasada, creemos tener la verdad absoluta, creemos imaginar cosas que no son, creemos que somos engañados, o tal vez queremos desafiar al otro para sentir culpa o pasar como victima justiciera. Las palabras dichas matan, las palabras escritas sorprenden, las palabras entrecortadas se son dubitativas,