Existen personas con mala energía, mucha gente que desea lo que tu tienes, sin saber lo que hay detrás de ese caparazón. Las personas malas de corazón, te sonríen bonito, te dicen cosas de acuerdo a su percepción, recrean episodios, hablan a tus espaldas, te tientan hacer cosas que no pensabas hacer, te abrazan y halagan con la boca torcida mientras que sus pensamiento es otro.
La envidia y el mal de ojo si existe. Y no se como lo hacen, no entiendo como a la otra persona afectada puede enfermarse del mal de ojo, acaso es tan fuerte los malos pensamientos, acaso hacen tanto daño o recurren a otras artimañas, no me explico.
Mi lista de personas que saben envidiar la vida ajena va sumando, lo hacen con la mirada como la esquivan notando su escasa sinceridad, te das cuenta con que clase de persona convives, trabajas, dialogas, mantienes una amistad.
Es diferente envidiar a admirar. Envidiar es cuando quieres lo mismo que tiene la otra persona, no sabes como, pero lo deseas con el corazón amargo. Mientras que admirar, es considerar a la otra persona como una motivación, una buena luz a seguir, un buen ejemplo, mientras que tu corazón es noble y sincero.
Las personas de corazón perverso envidian tus estudios, tu trabajo, critican, mienten y son poco empaticos. Malos guías, llevandote al camino de baches y piedras, suelen decir te extraño de la boca para afuera, con el fin de que cambies de opinión, regreses si es que estas lejos. Y cuando estas cerca de ellos, estos se alejan, se van donde tu estuviste, quieren estar donde tu exactamente estuviste, estudiaste o trabajaste.
Mientras que las personas bondadosas de corazón noble, te tienden la mano, buscan ayudarte mejorar tu calidad de vida o economia, sin importar nada a cambio, hablan bien de ti, hablan de cosas agradables siempre orientandote a la meditación y reflexión.
Hay dos clases de personas que son envidiosas; la primera, la persona que tiene o vivió en condiciones humildes o las personas que tienen y lo quieren para ellos, ambas personas tienen en común envidiar el progreso, llamese; cultura, viajes, estudios, trabajo, familia, etc. Siempre hay algo que envidiar, porque encuentran algo que no tienen.
Con esta reflexión me demuestra que hay una edad, donde nos toca madurar, meditar, detenernos y ver quienes están a nuestro alrededor. Vivamos en armonía con personas armoniosas.
La envidia y el mal de ojo si existe. Y no se como lo hacen, no entiendo como a la otra persona afectada puede enfermarse del mal de ojo, acaso es tan fuerte los malos pensamientos, acaso hacen tanto daño o recurren a otras artimañas, no me explico.
Mi lista de personas que saben envidiar la vida ajena va sumando, lo hacen con la mirada como la esquivan notando su escasa sinceridad, te das cuenta con que clase de persona convives, trabajas, dialogas, mantienes una amistad.
Es diferente envidiar a admirar. Envidiar es cuando quieres lo mismo que tiene la otra persona, no sabes como, pero lo deseas con el corazón amargo. Mientras que admirar, es considerar a la otra persona como una motivación, una buena luz a seguir, un buen ejemplo, mientras que tu corazón es noble y sincero.
Las personas de corazón perverso envidian tus estudios, tu trabajo, critican, mienten y son poco empaticos. Malos guías, llevandote al camino de baches y piedras, suelen decir te extraño de la boca para afuera, con el fin de que cambies de opinión, regreses si es que estas lejos. Y cuando estas cerca de ellos, estos se alejan, se van donde tu estuviste, quieren estar donde tu exactamente estuviste, estudiaste o trabajaste.
Mientras que las personas bondadosas de corazón noble, te tienden la mano, buscan ayudarte mejorar tu calidad de vida o economia, sin importar nada a cambio, hablan bien de ti, hablan de cosas agradables siempre orientandote a la meditación y reflexión.
Hay dos clases de personas que son envidiosas; la primera, la persona que tiene o vivió en condiciones humildes o las personas que tienen y lo quieren para ellos, ambas personas tienen en común envidiar el progreso, llamese; cultura, viajes, estudios, trabajo, familia, etc. Siempre hay algo que envidiar, porque encuentran algo que no tienen.
Con esta reflexión me demuestra que hay una edad, donde nos toca madurar, meditar, detenernos y ver quienes están a nuestro alrededor. Vivamos en armonía con personas armoniosas.
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