L a primera vez que conocí a Michael, fue en el aquel restaurante lleno de elegancia con decoración en el techo al estilo barroco, luciendo unas cortinas doradas y aterciopeladas, la iluminación se hacia digna al placer y la nostalgia. Me encontraba sentada en aquella mesa preparada aun sin servir, haciendo tiempo y tomando un coctel mientras mi invitado llegaba. De pronto un saludo a lo lejos se hace notar era él. Se acercó hacia mi a saludarme y disculpándose por el retraso. Pedimos la carta, algo suave para cenar, en ese instante que Michael estaba al frente mío, mirándome a tientas, presentí que esa noche seria diferente, además él es un famoso escritor, y yo su entrevistadora, lo cierto es que ese cosquilleo lo sentía en el estomago y terminaba por delatarme en mis perturbados ojos. La cena estaba puesta e hice halago de lo bueno que se veía. El me miraba con cierta inquietud,...