¿A quien seguimos?, ¿quiénes nos siguen?, ¿somos solitarios?, ¿caminamos en grupo?, ¿digo lo que pienso?, ¿decimos lo que pensamos?, ¿hago lo que quiero?, ¿hacemos lo que queremos?, ¿voy adonde quiero?, ¿vamos adonde queremos?, ¿soy autoritario?, ¿somos demócratas?, ¿soy seguidor?, ¿somos lideres?. Estuve haciéndome preguntas acompañadas de respuestas, tal vez algunas evidentes, otras lógicas y otras sabias. Me remonto a la infancia, la época en donde uno fue niño, jugó, gritó, lloró, mintió, conoció amigos del nido, socializó con juegos, tal vez fuiste un niño que lideraba sin darte cuenta, llamabas la atención, tal vez ponías planes de juegos, sugerías nuevos juegos, o tal vez seguías al más intrépido, obedecías ordenes de tus amiguitos, o quizás cuestionabas con rabietas manifestabas tu negación. Desde ahí parte el liderazgo. Quiero dejar constancia que todos somos lideres uno más que otro, pero al fin y al cabo somos líderes. Lideramos en un grupo social, tal vez en los estud...