Hace tres años atrás yo estaba casada con mi soledad, después de cinco años sola y haber tenido algunos romances momentaneos. Llegó a mi vida un hombre que sin querer terminé aceptando su invitación para hacer amigos, en aquella página donde buscan pareja. Sin imaginar lo que me esperaría más adelante. Nos conocimos en una linda plazuela, donde terminamos caminando cada uno hablando bien uno del otro, dos perfectos desconocidos intentando conocerse, por supuesto que cada quien tuvo su propia impresión. Sin embargo en el transcurso de las semanas, noté cierto reclamo, y hasta cierto sentir como si estuviera confundiendo las cosas, como si arrastrara algo del pasado al presente. En ese entonces el se encontraba muy susceptible ante todo. Me pareció algo extraño y creo que debí haberlo dejado allí, pero mi espirítu bondadoso quiso ayudarlo a reencontrarse con su yo, pero al final la que terminó perdiendo su yo interior, fui yo en el transcurrir de los años. Después de un mes de haberlo ...