Eliana, no entiende porque ella es así. Hace pocos días cumplió dieciocho años y siente que su vida aun no ha llegado nada bueno. Así de voluble, indecisa, chillona, quejona, atolondrada, eufórica y melancólica todo en un mismo tiempo. Nadie le tuvo la absoluta paciencia solo su amiga Cristina, quien fue su amiga desde los doce años. Edad en la que ambas empezaron a cambiar y descubrir en mundo de su sexualidad. Eliana, por ratos quería ser niña, quería ser mimada y engreída por sus padres como cuando ella tenía cuatro años. Pues nadie sospechaba de su trastornada personalidad, creían que era parte de su crecimiento y rabietas de todo niño. Jamás pensaron que esa rabieta les demandaría harto agotamiento físico y mental para sus propios padres, que poca paciencia eran la que tenían. Eliana y Cristina fueron buenas amigas, ambas se visitan fluidamente, sabían una de la otras, y jubilo de Eliana, siempre hacían lo que ella se proponía. Una vez Eliana, se le vino una fantástica idea, l...