¿A quien seguimos?, ¿quiénes nos siguen?, ¿somos
solitarios?, ¿caminamos en grupo?, ¿digo lo que pienso?, ¿decimos lo que
pensamos?, ¿hago lo que quiero?, ¿hacemos lo que queremos?, ¿voy adonde
quiero?, ¿vamos adonde queremos?, ¿soy autoritario?, ¿somos demócratas?, ¿soy
seguidor?, ¿somos lideres?.
Estuve haciéndome preguntas acompañadas de respuestas, tal vez algunas evidentes, otras lógicas y otras sabias.
Me remonto a la infancia, la época en donde uno fue niño, jugó, gritó, lloró, mintió, conoció amigos del nido, socializó con juegos, tal vez fuiste un niño que lideraba sin darte cuenta, llamabas la atención, tal vez ponías planes de juegos, sugerías nuevos juegos, o tal vez seguías al más intrépido, obedecías ordenes de tus amiguitos, o quizás cuestionabas con rabietas manifestabas tu negación.
Desde ahí parte el liderazgo. Quiero dejar constancia que todos somos lideres uno más que otro, pero al fin y al cabo somos líderes.
Lideramos en un grupo social, tal vez en los estudios, en el deporte, en la ropa, en las visitas y llamadas de amigos, en los diversos mensajes en tu muro del Facebook, en fin. Lideramos.
A esto yo lo divido en: el líder innato y el líder seguidor. Tal vez todos tenemos un poco de ambos, -porque seguimos o vemos a alguien como ejemplo o inspiración a seguir- .
El innato hace cosas que el piensa que las debe de hacer porque esa es su creencia y fuerza de voluntad es tremenda. Sabe que manteniendo su idea firme podrá mover montañas.
Principalmente, uno debe ser punto medio. Yo escogería Líder y Seguidor, porque sino no veo de otros no podré darme cuenta de mis errores, los demás nos enseñan y uno mismo puede enmendarlos. Líder, compartiendo ideas, reciclando más de ellas, sugiriendo soluciones siendo flexible y a la vez firme a la vez.
Estuve haciéndome preguntas acompañadas de respuestas, tal vez algunas evidentes, otras lógicas y otras sabias.
Me remonto a la infancia, la época en donde uno fue niño, jugó, gritó, lloró, mintió, conoció amigos del nido, socializó con juegos, tal vez fuiste un niño que lideraba sin darte cuenta, llamabas la atención, tal vez ponías planes de juegos, sugerías nuevos juegos, o tal vez seguías al más intrépido, obedecías ordenes de tus amiguitos, o quizás cuestionabas con rabietas manifestabas tu negación.
Desde ahí parte el liderazgo. Quiero dejar constancia que todos somos lideres uno más que otro, pero al fin y al cabo somos líderes.
Lideramos en un grupo social, tal vez en los estudios, en el deporte, en la ropa, en las visitas y llamadas de amigos, en los diversos mensajes en tu muro del Facebook, en fin. Lideramos.
A esto yo lo divido en: el líder innato y el líder seguidor. Tal vez todos tenemos un poco de ambos, -porque seguimos o vemos a alguien como ejemplo o inspiración a seguir- .
El innato hace cosas que el piensa que las debe de hacer porque esa es su creencia y fuerza de voluntad es tremenda. Sabe que manteniendo su idea firme podrá mover montañas.
El seguidor es quien imita o trata de seguir los pasos de la
otra persona por quien se siente admirado o vislumbrado o hasta el peor de los
casos afectados o abrumados, del cual generan un tremendo incapié para hacer
las cosas mejores o ser como ellos.
A mi parecer el innato puede ser bueno o malo a la vez. Lo
bueno, vendría ser un líder sabio, inteligente en sus ideas, recíproco, vela
por todos y hasta puede ser exigente. El malo, vendría a convertirse en un líder
autoritario, preciso en sus ideas pero al fin y al cabo manipulador, y hasta
insensible, al fin de cuentas ambos podrían llegar al mismo resultado empleando
distintas herramientas.
De los seguidores también tiene su lado bueno y malo. De los
buenos vendría a ser un seguidor con anhelos a prosperar, de aprender de los
demás, hacerse su propio camino pero con ayuda de modelos ejemplares para así
desenvolverse con mayor coraje. De los malos, se convertiría en una tamaña
obsesión por avanzar, por ver a otros sin aprender o rescatar por lo menos lo
positivo del caso, y hasta podría convertirse en un ser generador de envidia.
Ambos tienen un mismo camino, imitar de otros para seguir avanzando.
Esto no lo saqué de un libro, escribo según mi percepción.
Lo veo en todas partes, en el trabajo, en los estudios, en la calle, en un
restaurante, en fin. Todos queremos ser de alguna manera vistosos, dar que
hablar de buena gana, ser señalados con puesto de ser respetado y
admirado. Principalmente, uno debe ser punto medio. Yo escogería Líder y Seguidor, porque sino no veo de otros no podré darme cuenta de mis errores, los demás nos enseñan y uno mismo puede enmendarlos. Líder, compartiendo ideas, reciclando más de ellas, sugiriendo soluciones siendo flexible y a la vez firme a la vez.
He llegado a la conclusión que es fácil leer y llevarse los
conceptos de un libro a la cabeza. En la vida real es distinto. Para uno llegar
a ser un buen líder, uno tiene que demostrar el cambio por si mismo, de adentro
hacia afuera, mientras que uno no decida cambiar y corregir sus propios errores
como carácter y emociones, jamás podrás compararse a un buen líder.
Si optas por el cambio de seguro que te entenderás y
entenderás las necesidades, virtudes, fortalezas y debilidades del resto de las
personas.
Entonces te pregunto: ¿te has conocido?, ¿te has analizado?,
¿sabes como eres?, ¿Qué quieres?, ¿A dónde quieres ir? ¿con quien?, ¿líder?,
¿seguidor?, ¿Quién eres?.
Creo que todos comenzamos siendo un lider seguidor, porque siempre aspiramos ser mejor que...., pero terminamos siendo lider innato de nuestraa vidas.
ResponderEliminarEsta buenisimo tu blog, exitos Jill.
Samantha :)
Hola Sami!... pues en efecto desde que nacemos y conforme vamos creciendo nos vamos desenvolviendo en nuestra vida, los primeros ejemplos de imitar son nuestros y padres. Con años vamos puliendo y optando una personalidad mas fuerte, teniendo como resultado el liderazgo solido. Gracias por las buenas vibras, un abrazo.
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