PRETENDIENTES

Etimológicamente la palabra "pretendiente" deriva del latín praetendentis, compuesto por prae (delante de) y tendere (dirigirse, acercarse), de ahí la palabra pretendiente como aspirante a algo o solicitante.

Yo en el buen lenguaje de la vida, lo llamo etimológicamente, lógicamente y razociniamiente hablando: Hey, éste te quiere dar vuelta. Activa tus sentidos o te quieres hacer la tercia.

Así es, vivimos en una fauna, en una gran biodiversidad, de razas, clases sociales, y entre otros espécimenes, etc. 

El cortejo cual escena de safari es lo que resalta. Pero ¿Qué es lo que resalta?, la manera de hablar, de decir las cosas, la imposición o la toma de decisiones de la otra persona. Así como causar impacto, trato, el buen vestir, la limpieza, el detalle. O simplemente educado, caballero, atento, amable, de buen corazón, que pague la cuenta en cada salida, o rebeldemente dominante, impulsivo, de esos que te toman por la cintura y te quedas admirada, frío, sarcástico, algo tacaño. O que romanticamente canten, bailen, te abracen, te besen, con un sonrisa al aire.

¿Qué es lo que importa?,  o mejor dicho preguntarles: ¿Qué cosas sabes hacer?, ¿A qué te dedicas?, ¿Por dónde vives?, ¿Cuántas cosas tienes?, ¿Cuántos amigos tienes y conoces?, ¿con hijos sin hijos?, tanto tienes tanto vales, corazón.

Pero ¿Qué es esto?, admisión, entrevista, presentación de hoja de vida y antecedentes penales y judiciales.

Si así es, todo y eso mucho más, porque todas estas "cositas" por más que sonaran graciosas, cada mujer se fija en esos pequeños y grandes detalles, y todas aquellas cosas que mencioné prefieren un poquito de todo en ese digno y honorable postulante a nuestro corazón.

En la primera salida dice mucho de la persona, dice mucho del comportamiento que tenga contigo. Y poco a poco va midiendo hasta adonde se puede llegar, si pasa o no.

Ejemplos personificados: Me tocó uno de esos chicos que cuando le abres la puerta lo miras de pie a cabeza, y dices: ¡qué fachas!, ¡exacto!, Sin comentarios. Y decides que esta es la primera y única vez que saldrás  con él. Lógicamente que vestir decentemente es lo que llama la atención, dice mucho de la persona. No importa el color de piel, si es guapo o menos guapo, si tiene o no dinero o si usa o no ropa de marca. Lo que importa es que se vista apropiadamente, ¿es mucho pedir?...

Si, si, si...vas añadiendo nuevas requerimientos a la lista. Al cabo de unos cuantos meses, conocí a un chico del cual empezamos a salir. Claro, guapo, atento, sarcástico, competente, trabajador, deportista, sociable, se conocía media ciudad. Es uno de esos chicos que sales de la puerta y ni bien llega te cambia la cara a felicidad, obviamente todo es risa porque estas con alguien divertido, pero entre risa y risa puede decir cosas inapropiadas o simplemente ya no causa gracia, lo ves inmaduro y todas las cosas buenas que veías en él se van desvaneciendo. ¿Por qué?, porque notas que es soberbio, vanidoso y todo lo quiere alcanzar, quiere hacer muchas cosas al mismo tiempo y suele presumir de ello. Más aun si notas que la manera como habla y ve las cosas, no van contigo. Unas cuantos requerimientos de la lista se van anulando o se van agregando.

Luego conocí a otra chico más, y cuando sales a la puerta te preguntas y ¿Adónde vamos?, caminas y caminas y te dices: ¿no vamos a tomar carro?, no, van al cine caminando y llegando a la caja él te pregunta, ¿tienes sencillo?, totalmente vergonzoso. Claro no tengo problema en pagar mis cuentas, el detalle es que, oye nos estamos conociendo ¿no?. Más aun cuando te dice para volver a salir y te das cuenta que ya no. 

Me gusta caminar pero no en temporada de invierno, como te explico que... ¡mi lista!.

Por causa del destino llegué a conocer a uno de esos chicos cantantes, y bueno te preguntas: ¿Por qué no?,  resultará diferente, pero no es como te lo imaginabas, cuando la conversación se vuelve rutinaria y te empieza hablar de su banda musical, discos, guitarra y etc, más aun si forma una banda de rock de esos que se visten de negro, loco y sin razón, ¿de qué vive?. ¡Exacto¡, no hay tema de conversación, una señal más para un total descarte. Y la lista va disminuyendo en requerimientos. Vas agregando más libertad y conciencia de mujer.

Después de tanto fracaso, te queda la dignidad. Y finalmente antes de tirar la toalla, encuentras a alguien quien aparentemente cumple con el perfil que buscas. Tanto físico como profesional. Pero nada es perfecto. Cuando empieza a decirte cosas que sólo la Ciencia y la Nasa son testigos y no hace revelación de secretos con nadie. Cuando de su boca salen alucinaciones que sólo lo puedes ver en una película de ciencia ficción. ¡Dios mio!, no se puede más, sales huyendo y gritas: ¡Éste está loco!.

La esperanza es lo único que no se pierde. Y por ahí encontré a un buen chico, como todas dirían, normal. Físicamente normal, estudioso, trabajador, en pocas palabras normal. Totalmente calificado al igual que sus sentimientos. Pero que pasaría, que sólo esperabas a que te preguntara y responder le un ¡Sí!, y un día antes te empieza hablar sobre sus debilidades, catástrofes internos, depresiones y demás. Simplemente te quedas espantada. Y dices una vez más, esto ya es demasiado, Dios es sabio, por algo pasan las cosas. La lista de requerimientos se hace trizas, y te das cuenta que el tipo perfecto a tu vida, no existe, nunca existió, ni existirá. Y te quedan dos opciones: Quedarte sola o divertirte.

Y cuando me refiero a quedarte sola es porque ya sabes el momento en que alguien decide pretenderte y lo desvías al más allá, porque ya tienes claro que nada que ver con ningún hombre.

Y divertirte es cuando decides abiertamente aceptar cualquier propuesta a tu criterio, y empezar un romance de muy escasa duración. Simplemente tu resignación es grande pero de cierta manera quieres experimentar de otra manera sin ningún tipo de relación, así sola y divirtiéndote estas mejor.

Y es que los pretendientes que han llegado sin querer a nuestra vida pueden traernos ilusiones como desilusiones, amor como desamor, alegrías como tristeza, y así una serie de palabras con antónimos o sinónimos.

Esperamos mucho de ellos, un detalle, una palabra, una acción, pero nada es como lo tenemos en mente, exigimos mucho de ellos tratando de buscar algo más que nos hace falta en nosotras mismas. 

Quizás ellos también nos vean así, con la diferencia de cero listas en la mano, sólo buscando pretender y ver si liga algo o no.