Desde el día de nuestro nacimiento nuestras hormonas por lo sabia que es, tiende a inclinarse a nuestro sexo. En caso de las mujeres, nos hace sentir más femeninas. Desde muy pequeñitas, ya nos pintamos el rostro, cogemos los zapatos de mamá, hacemos monadas. Es parte de nuestra naturaleza.
Conforme vamos creciendo, según vamos desarrollando nuestro instinto femenino a la mano con nuestra personalidad. Nos hacemos vanidosas. No importa el color de piel, la clase social o cultura. No, no importa.
Todas las mujeres somos vanidosas. Es un echo, y no hay por qué negarlo.
Somos vanidosas, de no querer engordar mas de lo debido. Queremos ser la modelito de la revista.
Somos vanidosas, de querer tener un poquito mas de la cuenta, sobre todo en aquellas partes que nos faltan.
Somos tan vanidosas, que queremos relucir ante todas las demás. En las fotos sobre todo, nunca falta una posera o de la sonrisa alegre, en nuestro vestir, la más sexy o la más fashion, por último en nuestra forma de caminar, si se tiene caderas, toda una sexsymbol.
Si hay un chico de por medio, llamamos su atención, hacemos que seamos interesante ante su vista. Nuestra vanidad se incrementa, si vemos a alguien (femenina), superior a uno misma o si el chico de quien te gusta es todo un hombre interesante.
No solo nuestra vanidad es física, sino también intelectual. Queremos saber mas que las demás, y queremos dejar en claro que somos tan inteligentes como ellos. Relucimos de nuestros conocimientos y si a eso le añades sensualidad y belleza se abonan puntos a tu favor diciendo: "Hey, si no estas conmigo, te lo pierdes".
Así somos todas las mujeres. Muy vanidosas. Una mas que otra. En la parte intelectual o en la parte física. Cual sea de su interés. Pero eso si, cada quien quiere relucir de lo que es. Porque es eso. Amor, mucho amor y gusto propio que a su vez puede representar miedo, miedo a ser rechazo. A no ser tal como es.
A veces ese amor propio se descontrola y sale a relucir la soberbia femenina. Es donde la mujer fracasa en todo su esplendor. Los hombres la rechazan y la ignoran. Porque no solo el hombre busca una mujer sino tan bien un ser humano.
Si, la vanidad son pequeños sorbos de sobresalir, sobresalgamos en nosotras mismas. No porque tengamos una causa o razón para ser mas que de los demás o tratar de aparentar algo quien no somos.
Añade más amor a tu feminidad y has que esa vanidad se convierta en belleza por dentro y por fuera.
Conforme vamos creciendo, según vamos desarrollando nuestro instinto femenino a la mano con nuestra personalidad. Nos hacemos vanidosas. No importa el color de piel, la clase social o cultura. No, no importa.
Todas las mujeres somos vanidosas. Es un echo, y no hay por qué negarlo.
Somos vanidosas, de no querer engordar mas de lo debido. Queremos ser la modelito de la revista.
Somos vanidosas, de querer tener un poquito mas de la cuenta, sobre todo en aquellas partes que nos faltan.
Somos tan vanidosas, que queremos relucir ante todas las demás. En las fotos sobre todo, nunca falta una posera o de la sonrisa alegre, en nuestro vestir, la más sexy o la más fashion, por último en nuestra forma de caminar, si se tiene caderas, toda una sexsymbol.
Si hay un chico de por medio, llamamos su atención, hacemos que seamos interesante ante su vista. Nuestra vanidad se incrementa, si vemos a alguien (femenina), superior a uno misma o si el chico de quien te gusta es todo un hombre interesante.
No solo nuestra vanidad es física, sino también intelectual. Queremos saber mas que las demás, y queremos dejar en claro que somos tan inteligentes como ellos. Relucimos de nuestros conocimientos y si a eso le añades sensualidad y belleza se abonan puntos a tu favor diciendo: "Hey, si no estas conmigo, te lo pierdes".
Así somos todas las mujeres. Muy vanidosas. Una mas que otra. En la parte intelectual o en la parte física. Cual sea de su interés. Pero eso si, cada quien quiere relucir de lo que es. Porque es eso. Amor, mucho amor y gusto propio que a su vez puede representar miedo, miedo a ser rechazo. A no ser tal como es.
A veces ese amor propio se descontrola y sale a relucir la soberbia femenina. Es donde la mujer fracasa en todo su esplendor. Los hombres la rechazan y la ignoran. Porque no solo el hombre busca una mujer sino tan bien un ser humano.
Si, la vanidad son pequeños sorbos de sobresalir, sobresalgamos en nosotras mismas. No porque tengamos una causa o razón para ser mas que de los demás o tratar de aparentar algo quien no somos.
Añade más amor a tu feminidad y has que esa vanidad se convierta en belleza por dentro y por fuera.
Palabras muy ciertas.... Yo me considero una mujer muy vanidosa, me gusta ser admirada y deseada... pero al mismo tiempo muy insegura.
ResponderEliminarComo una logra diferenciar entre vanidad y soberbia? Como evitar caer en eso?