Han pasado más de veinte años que nos llevamos conociendo, y con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta de nuestros errores así como de nuestras virtudes. Tu y yo nos conocemos, por mi parte yo sé cual será tu reacción y por tu parte te entercas con tus ideas, pareciera que no me conocieras, pero al fin de cuentas me comprendes y me guias. Cuando me aconsejas es como si nuevamente me tomaras de la mano como antaño, me siento protegida y cálida, por eso mismo siento que mas que mi mejor amigo eres mi maestro de vida.
No recuerdo exactamente el momento en que me dije tu y yo somos del mismo carácter. No lo se. Solo se que me fue instinto. Lo recuerdo como se fuera ayer, me llevabas al parque no recuerdo los días exactos, pero recuerdo que eran todas las tardes. Me alentabas a subir a aquel resbaladero yo sola, con algo de temor subía sola y solías esperarme abajo con los brazos bien abiertos. Sonrío porque me enseñaste a no temer a nada, aunque sabes necesito subirme a un tobogán para vencer algunos miedo que aun quedan pendientes y quisiera que tu estés conmigo alentándome que todo irá bien.
Tuve mi primera borrachera contigo "literalmente", tan pequeña y me invitaste de tu vaso, no sé cuantos sorbos habré ingerido, único que tu y yo recordamos es eso. Que tu y yo brindamos juntos. Y sabes me convertiste en una persona prudente, en que momento decir si y en que momento decir no.
Fuiste tu el empecinado en enseñarme a manejar bicicleta, cada vez que crecía me subías más el asiento. Fuiste tu el terco y testarudo que querías que fuera ciclista, pero nunca lo lograste, lo único que lograste era que me fugue con la bicicleta a explorar nuevos territorios. Y ahora me doy cuenta que soy una curiosa terrible, puedo andar sola o en compañía no me hago problemas. Nuestras clásicas paseadas en bicicleta me enseñaste los cambios y sobre todo me demostraste a sentirme tan libre como hoy en día me siento.
Eres el gran culpable de desde pequeña me lleves a la playa a celebrar mi cumpleaños. Guardo uno de los mejores recuerdos de mi vida. Y ahora qué, ahora adoro la playa, ahora me voy con mis amigos a celebrar el día de mi cumpleaños por allá, y tu me sueles decir: "pasalo bien y cuidate", se que en algún momento volveremos a ir a playa juntos a celebrar uno de mis tantos cumpleaños. Lo sé. Has hecho que vea la vida de otro modo. Todo gracias a ti.
Te molestabas cada vez que dejaba un grano de arroz, me hacías abrir la boca para que aprenda a comer vegetales y menestras. Y sabes me encanta, descubrí que eso es comida, y se que te debo muchos almuerzos y cenas juntos. Lo se, en algún momento te lo compensare aunque tu no lidias con cinco tenedores, no te preocupes que yo pagare la cuenta.
Me diste y me sigues dando buenos consejos, aunque la vida tanto a ti como a mi, nos ha enseñado a ser sabios. Son de esos consejos tuyos que he ido recogiendo con el paso del tiempo. Son de tus consejos por el cual me fío y soy lo que soy. Una persona analítica y muy razonable. No se si es bueno o malo, pero has hecho de mi alguien prudente y no es posible que nadie me cambie.
Nuevamente esmerado y poco tradicionalista, me enseñaste a manejar carro. En una semana me convertiste en tu chofer, después vino lo peor, te robaba el carro a escondidas y tu salias en mi búsqueda cual llanero solitario en busca de lo suyo. Si, me resondrabas, y tan terca como tu, lo volvía hacer. Y ahora has echo de mi que sea tan independiente, no creo en nadie, en efecto soy de armas de tomar y te cuento que no solo se manejar auto, sino también camioneta de las grandes.
Por tu constante trabajo fuera de casa, me llevabas a que conociera tus obras. No solo me enseñaste cada cosa de ella, sino que me llevabas a tus constantes viajes. Y de ahí parte una tradición que hasta ahora conservamos, cierto. Sin que te des cuenta, has abierto mis ojos para que vea lo maravilloso que es la vida. Has logrado que me convierta en una terrible aventurera. Me encanta viajar, conocer nuevos lugares y respirar hondo. Aunque me des la contraria, ya no puedes hacer nada por estos tiempos.
Que tantas cosas y anécdotas tenemos para contar. Solo se que tu me enseñaste y yo aprendí de ti. Me siento tan orgullosa de ser tu mismo carácter, de ser parte de ti y se que puedo confiar en ti. Se que por estos tiempos nos hemos alejado un poco no porque querramos, sino porque tu estas allá y yo acá. Aun así te pienso y te recuerdo mucho y quisiera que nuevamente me vuelvas a tomar de la mano como siempre lo hacías e irnos a aventurarnos y explorar nuevos aires en nuestras bicicletas.
Te quiero mucho papá y siempre serás mi magnifico y mejor amigo por todos los tiempos.
No recuerdo exactamente el momento en que me dije tu y yo somos del mismo carácter. No lo se. Solo se que me fue instinto. Lo recuerdo como se fuera ayer, me llevabas al parque no recuerdo los días exactos, pero recuerdo que eran todas las tardes. Me alentabas a subir a aquel resbaladero yo sola, con algo de temor subía sola y solías esperarme abajo con los brazos bien abiertos. Sonrío porque me enseñaste a no temer a nada, aunque sabes necesito subirme a un tobogán para vencer algunos miedo que aun quedan pendientes y quisiera que tu estés conmigo alentándome que todo irá bien.
Tuve mi primera borrachera contigo "literalmente", tan pequeña y me invitaste de tu vaso, no sé cuantos sorbos habré ingerido, único que tu y yo recordamos es eso. Que tu y yo brindamos juntos. Y sabes me convertiste en una persona prudente, en que momento decir si y en que momento decir no.
Fuiste tu el empecinado en enseñarme a manejar bicicleta, cada vez que crecía me subías más el asiento. Fuiste tu el terco y testarudo que querías que fuera ciclista, pero nunca lo lograste, lo único que lograste era que me fugue con la bicicleta a explorar nuevos territorios. Y ahora me doy cuenta que soy una curiosa terrible, puedo andar sola o en compañía no me hago problemas. Nuestras clásicas paseadas en bicicleta me enseñaste los cambios y sobre todo me demostraste a sentirme tan libre como hoy en día me siento.
Eres el gran culpable de desde pequeña me lleves a la playa a celebrar mi cumpleaños. Guardo uno de los mejores recuerdos de mi vida. Y ahora qué, ahora adoro la playa, ahora me voy con mis amigos a celebrar el día de mi cumpleaños por allá, y tu me sueles decir: "pasalo bien y cuidate", se que en algún momento volveremos a ir a playa juntos a celebrar uno de mis tantos cumpleaños. Lo sé. Has hecho que vea la vida de otro modo. Todo gracias a ti.
Te molestabas cada vez que dejaba un grano de arroz, me hacías abrir la boca para que aprenda a comer vegetales y menestras. Y sabes me encanta, descubrí que eso es comida, y se que te debo muchos almuerzos y cenas juntos. Lo se, en algún momento te lo compensare aunque tu no lidias con cinco tenedores, no te preocupes que yo pagare la cuenta.
Me diste y me sigues dando buenos consejos, aunque la vida tanto a ti como a mi, nos ha enseñado a ser sabios. Son de esos consejos tuyos que he ido recogiendo con el paso del tiempo. Son de tus consejos por el cual me fío y soy lo que soy. Una persona analítica y muy razonable. No se si es bueno o malo, pero has hecho de mi alguien prudente y no es posible que nadie me cambie.
Nuevamente esmerado y poco tradicionalista, me enseñaste a manejar carro. En una semana me convertiste en tu chofer, después vino lo peor, te robaba el carro a escondidas y tu salias en mi búsqueda cual llanero solitario en busca de lo suyo. Si, me resondrabas, y tan terca como tu, lo volvía hacer. Y ahora has echo de mi que sea tan independiente, no creo en nadie, en efecto soy de armas de tomar y te cuento que no solo se manejar auto, sino también camioneta de las grandes.
Por tu constante trabajo fuera de casa, me llevabas a que conociera tus obras. No solo me enseñaste cada cosa de ella, sino que me llevabas a tus constantes viajes. Y de ahí parte una tradición que hasta ahora conservamos, cierto. Sin que te des cuenta, has abierto mis ojos para que vea lo maravilloso que es la vida. Has logrado que me convierta en una terrible aventurera. Me encanta viajar, conocer nuevos lugares y respirar hondo. Aunque me des la contraria, ya no puedes hacer nada por estos tiempos.
Que tantas cosas y anécdotas tenemos para contar. Solo se que tu me enseñaste y yo aprendí de ti. Me siento tan orgullosa de ser tu mismo carácter, de ser parte de ti y se que puedo confiar en ti. Se que por estos tiempos nos hemos alejado un poco no porque querramos, sino porque tu estas allá y yo acá. Aun así te pienso y te recuerdo mucho y quisiera que nuevamente me vuelvas a tomar de la mano como siempre lo hacías e irnos a aventurarnos y explorar nuevos aires en nuestras bicicletas.
Te quiero mucho papá y siempre serás mi magnifico y mejor amigo por todos los tiempos.
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