Cuantos años han pasado en aquella casa. En aquella casa donde yace sumergida de recuerdos de amplias paredes unas que otras resquebrajadas por los propios temblores de la naturaleza y otros temblores que emanaban de lo mas profundo de aquellos seres que vivieron y convivieron con ella.
Han pasado mas de treinta años que esta casa aun se conserva en pie, pero pocos van quedando en ella. La casa se ha quedado vacia. Solo se escucha el canto de las aves que se juran ensuciar y posar en alguna rama de aquel arbol que aun se conversa. Aquel arbol que esta ubicado en la parte trasero de la casa. Muchas veces cortaban las ramas y el tronco para que no creciera o sencillamente para que ya no volviera a florecer mas. Ahora ese arbol se mantiene en pie y aun mas fuerte porque el quiere seguir viviendo y acompañando a adornar con hojas secas el piso de aquella casa.
La casa donde vivio una familia, donde hubieron discusiones y peleas, donde rieron y lloraron, donde jugamos y nos escondiamos en sus amplias habitaciones. Donde nos sentiamos comodos y bien puestos. Donde alguna vez invitamos a amigos a pasar y donde algunas vez tuvimos desepciones y hablamos en voz fuerte para que las paredes nos dieran una respuesta de lo testigo que fue.
Aquella casa, donde naci y creci. Aquella casa donde aun sigo visitandola porque todos mis recuerdos se sumergen en ella. Asi como mis temores que aun no supero y busco respuestas de las propias paredes pero parece que lo unico que hace la casa es nada mas y nada menos que atraparme en los mas dulces y simpaticos recuerdos de mi niñez. El jugar en la escalera, en recorrerme el pasadizo completo en mi triciclo, en cantar el himno nacional en el patio confudiendo con algun patio de colegio, jugando en la cocina a la cocinita o la bodega de alguna quinta, jugando al cementerio o el parque en el jardin trasero, columpiandome en las ramas de aquel arbol imaginando que era mi propio columpio, manejando bicicleta en el patio de adelante creyendo que estaba en algunas olimpiadas mundiales de ciclismo. Lanzando globos con agua desde mi techo o mi balcon, jugando al teatro en algunos cuarto de la casa, jugando al show del quien gana en la sala. Bailando sin parar encerrada en aquella habitacion donde solia esconderme. Dormir en aquel mueble donde hice que todas las tardes despues de una buena lectura sea mi clasica cobija para leer y dormir. La cocina donde alguna vez cocine y era mi centro de concentracion para recibir mensajes de texto o que me llamen aquella persona quien me gustaba.
La casa yace sola, necesita ser reconocida, necesita afecto. Aquel calor humano que poco a poco se fueron marchando uno tras otro. Porque asi suele ser la vida. Nos vamos quedando solos y con la casa vacia de risas y que conversar.
En mi niñez la casa la veia hermosa, tan grande y yo tan pequeña. Ahora la casa me parece tan vacia, tan falta de luz y aun sigue siendo grande para tan poca persona. Para tan poca persona que tan solo quedó restada a una. Lo unico que le sigue manteniendo viva es las espontaneas visitas de la gente, el cantar de las aves y el arbol del patio trasero, porque el jardin que hubo fue enterrado en nada mas y nada menos que el mismo polvo, el polvo en el algun momento nos convertiremos con el paso de los años cuando nos toque el olvido eterno.
Han pasado mas de treinta años que esta casa aun se conserva en pie, pero pocos van quedando en ella. La casa se ha quedado vacia. Solo se escucha el canto de las aves que se juran ensuciar y posar en alguna rama de aquel arbol que aun se conversa. Aquel arbol que esta ubicado en la parte trasero de la casa. Muchas veces cortaban las ramas y el tronco para que no creciera o sencillamente para que ya no volviera a florecer mas. Ahora ese arbol se mantiene en pie y aun mas fuerte porque el quiere seguir viviendo y acompañando a adornar con hojas secas el piso de aquella casa.
La casa donde vivio una familia, donde hubieron discusiones y peleas, donde rieron y lloraron, donde jugamos y nos escondiamos en sus amplias habitaciones. Donde nos sentiamos comodos y bien puestos. Donde alguna vez invitamos a amigos a pasar y donde algunas vez tuvimos desepciones y hablamos en voz fuerte para que las paredes nos dieran una respuesta de lo testigo que fue.
Aquella casa, donde naci y creci. Aquella casa donde aun sigo visitandola porque todos mis recuerdos se sumergen en ella. Asi como mis temores que aun no supero y busco respuestas de las propias paredes pero parece que lo unico que hace la casa es nada mas y nada menos que atraparme en los mas dulces y simpaticos recuerdos de mi niñez. El jugar en la escalera, en recorrerme el pasadizo completo en mi triciclo, en cantar el himno nacional en el patio confudiendo con algun patio de colegio, jugando en la cocina a la cocinita o la bodega de alguna quinta, jugando al cementerio o el parque en el jardin trasero, columpiandome en las ramas de aquel arbol imaginando que era mi propio columpio, manejando bicicleta en el patio de adelante creyendo que estaba en algunas olimpiadas mundiales de ciclismo. Lanzando globos con agua desde mi techo o mi balcon, jugando al teatro en algunos cuarto de la casa, jugando al show del quien gana en la sala. Bailando sin parar encerrada en aquella habitacion donde solia esconderme. Dormir en aquel mueble donde hice que todas las tardes despues de una buena lectura sea mi clasica cobija para leer y dormir. La cocina donde alguna vez cocine y era mi centro de concentracion para recibir mensajes de texto o que me llamen aquella persona quien me gustaba.
La casa yace sola, necesita ser reconocida, necesita afecto. Aquel calor humano que poco a poco se fueron marchando uno tras otro. Porque asi suele ser la vida. Nos vamos quedando solos y con la casa vacia de risas y que conversar.
En mi niñez la casa la veia hermosa, tan grande y yo tan pequeña. Ahora la casa me parece tan vacia, tan falta de luz y aun sigue siendo grande para tan poca persona. Para tan poca persona que tan solo quedó restada a una. Lo unico que le sigue manteniendo viva es las espontaneas visitas de la gente, el cantar de las aves y el arbol del patio trasero, porque el jardin que hubo fue enterrado en nada mas y nada menos que el mismo polvo, el polvo en el algun momento nos convertiremos con el paso de los años cuando nos toque el olvido eterno.
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