Hace una semana atras estuve encantada de una isla maravillosa, llena de gente alegre, atenta, esperando algun llamado de atencion, esperando ser reconocido con las manos llenas de compasion, agradecimiento y libertad.
La isla, es un lugar verdaderamente paradisiaco, tropical, extremadamente alegre. Todos sus habitantes lo son, la señorita de la recepcion, el hombre que atiende en el restaurant, la señora de limpieza, todos estan cantando a viva voz, sin verguenza ni perjuicios, es su manera de liberar las mil cosas que perciben y quieren transmitirlos en sonoros canticos. ¡Que tales personajes me encontré!.
A decir verdad la isla esta rodeada de una ciudad antigua, de veredas a base de cemento y otras a base de piedra, caminar por aquellas callecitas sin duda te hace sentir de aquella epoca, los cocheros siguen vigentes y es como si nunca hubiese pasado el tiempo, y todo es tan magico con ese sol radiante que apunta, calcinando poco a poco la piel o tal vez los pies de los recien llegados a dicho lugar. Pues asi es la isla, llena de encantos y maravillas y aun sigo impregnada de ella.
Tiene mucha vegetacion por doquier, de alguna manera me hizo recordar a ciertos caminos de nuestra selva, pero sin duda tiene lo suyo de una manera muy atentica y natural. Poco a poco se va haciendo notar las playas que lo rodea, de color azul marino y en las orillas resalta un tenue color celeste, se pasa una larga playa, se aproximan arboles, y entre sus ramas se pronuncia el color turqueza del mar, ¡qué bien resalta!.
Estando en el mar, realmente es magnifico, verdaderamente exquisito sentir el agua tibia, la transparencia al sumergir tus manos al agua, puedes ver algunos peces nadando en la orilla, algunos niños atentos al circuito marino, tratan de cazarlos con la ayuda de los papás. Ves a mucha gente a tu alrededor, al igual que yo, fascinados, han viajado desde tan lejos para estar donde estan. Todo es hermoso y los sentimientos quedaron en mi tierra. Hoy es un nuevo renacer.
Los delfines son preciosos, de piel suave, amigables, y al igual que la gente del tropico, esperan recibir algo sorprendente. Algo realmente diferente, lleno de aplausos y esplendor entre sonrisas sumergidas y emergidas desde el fondo del mar.
El pequeño cayo que conocí, fue lo más lejos que pude llegar desde mi país a un islote tan pequeño y maravilloso, donde las penas no existen, y solo nace y suceden cosas esplendidas, desde llenarse de paz hasta encontrar el amor. Aunque suene dudoso, pues realmente lo es, y lo confirmo. La isla está llena de amor.
Despues de dias, estando rodeada de palmeras verdes, altas, bajas, arena refinada, arena como la nuestra, mar turqueza, agua transparente, cielo pomposo, cielo despejado, sol abierto, sol escondido, tormenta a la vista, vientos huracanados, relampagos y truenos, al dia siguiente fue un dia donde el sol volvio a salir en todo su esplendor, procurando en algun momento regresar, pronosticandome a mis misma que llegaran mejores tiempos, que a partir de hoy es un buen dia, es un gran momento para iniciar nuevos cambios en mi vida.
Desde lo alto del cielo, me despedi de la isla, prometiendo regresar, quedandose parte de mi corazón en aquella isla bonita, como la que es Cuba.
La isla, es un lugar verdaderamente paradisiaco, tropical, extremadamente alegre. Todos sus habitantes lo son, la señorita de la recepcion, el hombre que atiende en el restaurant, la señora de limpieza, todos estan cantando a viva voz, sin verguenza ni perjuicios, es su manera de liberar las mil cosas que perciben y quieren transmitirlos en sonoros canticos. ¡Que tales personajes me encontré!.
A decir verdad la isla esta rodeada de una ciudad antigua, de veredas a base de cemento y otras a base de piedra, caminar por aquellas callecitas sin duda te hace sentir de aquella epoca, los cocheros siguen vigentes y es como si nunca hubiese pasado el tiempo, y todo es tan magico con ese sol radiante que apunta, calcinando poco a poco la piel o tal vez los pies de los recien llegados a dicho lugar. Pues asi es la isla, llena de encantos y maravillas y aun sigo impregnada de ella.
Tiene mucha vegetacion por doquier, de alguna manera me hizo recordar a ciertos caminos de nuestra selva, pero sin duda tiene lo suyo de una manera muy atentica y natural. Poco a poco se va haciendo notar las playas que lo rodea, de color azul marino y en las orillas resalta un tenue color celeste, se pasa una larga playa, se aproximan arboles, y entre sus ramas se pronuncia el color turqueza del mar, ¡qué bien resalta!.
Estando en el mar, realmente es magnifico, verdaderamente exquisito sentir el agua tibia, la transparencia al sumergir tus manos al agua, puedes ver algunos peces nadando en la orilla, algunos niños atentos al circuito marino, tratan de cazarlos con la ayuda de los papás. Ves a mucha gente a tu alrededor, al igual que yo, fascinados, han viajado desde tan lejos para estar donde estan. Todo es hermoso y los sentimientos quedaron en mi tierra. Hoy es un nuevo renacer.
Los delfines son preciosos, de piel suave, amigables, y al igual que la gente del tropico, esperan recibir algo sorprendente. Algo realmente diferente, lleno de aplausos y esplendor entre sonrisas sumergidas y emergidas desde el fondo del mar.
El pequeño cayo que conocí, fue lo más lejos que pude llegar desde mi país a un islote tan pequeño y maravilloso, donde las penas no existen, y solo nace y suceden cosas esplendidas, desde llenarse de paz hasta encontrar el amor. Aunque suene dudoso, pues realmente lo es, y lo confirmo. La isla está llena de amor.
Despues de dias, estando rodeada de palmeras verdes, altas, bajas, arena refinada, arena como la nuestra, mar turqueza, agua transparente, cielo pomposo, cielo despejado, sol abierto, sol escondido, tormenta a la vista, vientos huracanados, relampagos y truenos, al dia siguiente fue un dia donde el sol volvio a salir en todo su esplendor, procurando en algun momento regresar, pronosticandome a mis misma que llegaran mejores tiempos, que a partir de hoy es un buen dia, es un gran momento para iniciar nuevos cambios en mi vida.
Desde lo alto del cielo, me despedi de la isla, prometiendo regresar, quedandose parte de mi corazón en aquella isla bonita, como la que es Cuba.
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