Nunca presenté algún tipo de obsesión alguna por alguien, -a
menos que sea mi cantante favorito-, pero esto ha sido el caso más perpetuo
hasta el día de hoy de los últimos tiempos. Cuando la conocí fue casualmente
hace seis años atrás, en una fiesta
organizado por una amiga mía. Ella, estaba allí, casualmente fue llevada como
pareja de baile de buen amigo mío. En ese entones mi atención no fue atraída, y
poco interés tuve de su presencia, tampoco me interesó darle conversa o
hacernos amigas.
De pronto, pasé a otra faceta. Fue justamente al año
siguiente. No recuerdo exactamente como y cuando, pero fue un día de esos en
que coincidimos en una fiesta con amigos en común, por ahí la reconocí y
comenzamos a darnos conversa a pasarnos números y e-mails, para seguir contactándonos. –Creo que se enteró por unos
amigos en común que a mí me gustaba el mismo chico que a él le gustaba, creía
yo-.
Una noche me llama para quedar en conversar del tema del
momento, yo no supe exactamente el por qué, pero me comunicó que era de él. En
ese momento me extraje y pensé rápidamente como lo sabía, quien se lo había
dicho, que buscaba conmigo, que quería decirme. Muchas preguntas me hice, y
quedamos en vernos al día siguiente, solo fue eso y esperar.
Al día siguiente nos encontramos en la confitería más
popular, conversamos de todo un poco, pero le noté en su mirada que tenía algo
muy profundo que contarme, sus ojos eran muy llamativos y era como si ocultara
muchos sentimientos y sobre todo una pasión extrema e incontrolada por alguien,
mientras que el vaivén de sus manos me hacían ponerme aún más en alerta, ya que
no me parecía nada demócrata, todo lo contrario, muy controladora y
autoritaria. La seguía mirando y de rato en rato me cautivaba su mirada, tal
vez me recordaban a alguien, a mi mejor amiga quizás, pero no sé, siempre tuve
una sospecha. Mientras ella conversaba de sus ideas, finalmente me habló de él,
me dijo muchas cosas, me enredó, y todo lo que me comentó fue increíblemente
increíble, dudaba totalmente de sus palabras. No sé si era por el drama o la
escena que ella vivió después de eso, nos despedimos y nunca más volvimos a
vernos las caras.
Un tiempo viví consternada de sus palabras, pero viendo a
ese chico de lejos, no parecía lo que ella me insinuaba que era. Cambié de
pensamiento y solo decidí alejarme de ella. Si bien es cierto que el chico que
me gustaba, solo fue un gusto de vista, al final el resulto estando con otra
chica a quien no le correspondía, pero así es la vida al fin al cabo.
Meses después, clavé nuevamente mi mirada en ella, tal vez
fueron las constante fotos que la veía en los portales de otros amigos y las
fotografías que aparecía en las páginas de las fiestas sociales. Me entró un
cosquilleo de coraje, y decidí seguirle el paso, pero no era para imitarla, era
sólo espiarla. Armé mi propio rompecabezas y dolores de cabezas indagando, qué
se traía ésta mujer, de cara dichosa, cuerpo voluptuoso, y de alma temblorosa,
que se traía tanta femeneidad al aire, no era nada fácil, pero la sigo,
siguiendo,-basta la redundancia-.
No había día que entrara solo a espiarla a su perfil, leía
lo poco o mucho que podía enterarme por otros, aun así sus escenas y poses
sensuales no me hacían más que alocar el cerebro y pensar que ésta mujer, se
jura beata, y resultó ser amante del diablo. Mis sospechas aun no estaban muy
claras, pero poco a poco fui indagando más – llegué muy lejos-
Pasado un año, descubrí por medio de una amiga íntima mía,
que ella andaba jugando con fuego, mis sospechas no sólo se quedaron cortas,
sino que todas las piezas encajaron perfectamente, no podía asimilarlo tan
rápido. Me quedé boquiabierta, en efecto, así fue.
Ella pasaba por un año de esos que no sabía a donde ir,
quería estar con quien se cruzase, el chico del quien me comentó resultó ser un
antiguo enamorado, qué con el tiempo sintió obsesión por él y no podía verlo
con nadie, sentía celos de todas aquellas mujeres, buenas o malas. No las
soportaba, tampoco se soportaba así misma.
El chico, sembraba y cosechaba marihuana en el jardín trasero
de su casa, él con sus amigos conformaban una especie de secta, y vendían la
marihuana de manera artesanal, el chico andaba en malos pasos, muchas veces la
humillo delante de la gente y la dejaba mal parada, la insultaba y la trataba
como la peor de todas las putas que había conocido, la golpeó y exigió que
abortara a la criatura que llevaba en su vientre, así fue. Ella estuvo a punto
de desfallecer en el tiempo de la cirugía, finalmente su amor se convirtió en
obsesión que terminó cortándose las venas por él, sólo para que el chico de la
cara pasiva, no la dejara ir. Él, la buscaba por sexo y para drogarse
mutuamente postrados en la cama, filmándose para después verse a través de su lap top como hacían el amor con locura y
desenfreno, totalmente desnudos, sin pudor, ni censuras.
Al Poco tiempo, después, la mujer se tiñó el cabello de
rojo, cosa que me extrañó, -porque ya la había visto a través del portal de
fiestas-. En ese entonces ella estaba prostituyéndose. Terminó con el chico,
sin embargo se veían viendo a escondidas, ya que él tampoco podía separarse de
ella, decidió pagarle por sus servicios de locura sexual. Ella le cobraba la
cantidad que le fuera necesaria. La vestía, y le hacía poner ropa diminuta a la
hora del alimento sexual, ella por supuesto que se contorneaba al ritmo de él y
hasta le hacía improvisadamente los mejores bailes, ella sabía cómo tocar sus
eyaculativos sentidos. Ambos, hacían una explosión infinita.
Después de que él había sido descubierto por la policía
sobre la cosecha de marihuana, lo llevaron con pena de cárcel por algunos años,
a él y sus clásicos amigos. Ella, sola y desnutrida de mal de amores, después
de tanta reflexión, decidió echarle un cambio a su vida, que no sé si le ha hecho
enderezar o alimentar más su ego.
En estas últimas semanas, he visto todos los pormenores de
su vida, aunque he decidido ya no espiarla más, me es necesario saber de ella,
no sé si es para conversar y decirle en un futuro, que recuerdo cuando me citó
en aquella confitería, ahora comprendo porque tal vez buscaba ayuda o desahogar
sus penas, el tema es que no pude entenderle, pero ahora que la veo, ha vuelto
a reconstruir su vida de la mejor manera, es como si un soplo de viento le haya
cambiado el gesto de su cara. Yo sé que ella sabe de mí, y tal vez ella sepa
que yo me escondo de ella, como no. Lo que, si estoy segura, que sus manías
siguen siendo las mismas. Mientras que la mía siendo ella, y para que no sé de
cuenta, la espío a través de otros, y así
no poder capturar su atención. Esta es la razón por la cual me escondo. Lo que si estoy segura, ella no sabe lo suficiente de mi vida, como yo de ella.
Creo que debería de escribirle, hay casos en donde las cosas no son lo que parece; nadie sabe lo de nadie ;) Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu consejo. :)
Eliminar