El día veinticuatro con catorce horas y quince minutos, comencé a preparar y ensalsar el pollo, bueno escogí pollo porque otro plumífero no es de mi agrado, mucho menos la carne de cerdo.
Muy temprano por la mañana, realicé mis diversas compras, me desplacé del mercado al supermercado, entonces en mi orientación de economista y ahorrativa, comparé precios, ahorré pasajes en el transporte y estuvo claro, que más barato sale comprar en el mismo mercado a granel, que en el mismo supermercado, -te venden poco y caro- no se merece.
A la preparación del pollo, le eché especias como; romero, guindones, pasas, pimiento, salsa china, aceite de ajonjolí, orégano, pimienta, comino, nuez moscada, salsa gurmet, y entre otras especias que no recuerdo. Una vez culminado el amacerado, lo llevé a la panadería de al lado, así me haría mas fácil tener el horno disponible y ahorrar en gas.
Mi segunda presentación fue un pastel navideño, me resultó sencillo prepararlo, salvo la ultima parte de la decoración, con ayuda al tutorial de cocina por internet.
Incorporé a la masa, frutos secos, sobre todo pecana, -es mi favorita- esencia de vainilla, cocoa, maní norteño, unas gotas de pisco, para que le de ese gusto amargo. Lo llevé al horno a fuego de doscientos setenta grados celsius por una hora. Una vez salido del horno el pastel, lo decoré con glasé real, me salió tal cual lo vi en el tutorial, eso me hizo sentir súper feliz, era la primera vez que me salía un glasé y hasta pequeños trucos mostraron.
Ya en la noche, armamos la mesa, los platos como las copas iban desfilando uno por uno, las botellas de vino que tanto nos gustan se veían tentadoras, pero lo que más me gustó fue como quedó mi pastel.
Siendo las nueve en punto, dimos por servido la mesa, -teníamos hambre- y pensamos que la cena de navidad debería empezar temprano mas no a la media noche, mientras dábamos un mordisco a nuestro bocado, pudimos notar lo rico que quedó y no es porque me eleve el ego, sino que tengo que reconocer mi talento en la cocina.
Las visitas a la casa y los mensajes de wassap y facebook, iban llegando, de un timbrazo. En realidad por estas fechas me quedo cortas de palabras por navidad y suele repetir el mismo mensaje o comentario: "Feliz navidad, pásalo acompañado de tus seres queridos, Bendiciones". Es como si sólo por estas fechas tendría que actuar de manera calurosa con los demás, cuando pienso que no debería ser así, asimismo aborrezco el gran comercio de compras de obsequios, y pensar que solo recibiremos regalos en navidad, creo que no debería llamarse navidad sino fiesta por intercambio de regalos.
Pero el post de hoy, no solo se trata de la cocina, sino que por primera vez en mi vida, recibí más visita que de costumbre a la casa, visité a mi tíos y primos en su casa, doblemente cené, me madrugué pasada la media noche, y entre muchas risas a carcajadas, puedo decir finalmente que la navidad es para reencontrarse con los tuyos, cenar todos juntos, tomarse fotos, recordar momentos, solo eso.
Que buena noche la pasé, enserio. No pensé cocinar, reír y comer tanto. Algo así como; reza, ríe y come.
Muy temprano por la mañana, realicé mis diversas compras, me desplacé del mercado al supermercado, entonces en mi orientación de economista y ahorrativa, comparé precios, ahorré pasajes en el transporte y estuvo claro, que más barato sale comprar en el mismo mercado a granel, que en el mismo supermercado, -te venden poco y caro- no se merece.
A la preparación del pollo, le eché especias como; romero, guindones, pasas, pimiento, salsa china, aceite de ajonjolí, orégano, pimienta, comino, nuez moscada, salsa gurmet, y entre otras especias que no recuerdo. Una vez culminado el amacerado, lo llevé a la panadería de al lado, así me haría mas fácil tener el horno disponible y ahorrar en gas.
Mi segunda presentación fue un pastel navideño, me resultó sencillo prepararlo, salvo la ultima parte de la decoración, con ayuda al tutorial de cocina por internet.
Incorporé a la masa, frutos secos, sobre todo pecana, -es mi favorita- esencia de vainilla, cocoa, maní norteño, unas gotas de pisco, para que le de ese gusto amargo. Lo llevé al horno a fuego de doscientos setenta grados celsius por una hora. Una vez salido del horno el pastel, lo decoré con glasé real, me salió tal cual lo vi en el tutorial, eso me hizo sentir súper feliz, era la primera vez que me salía un glasé y hasta pequeños trucos mostraron.
Ya en la noche, armamos la mesa, los platos como las copas iban desfilando uno por uno, las botellas de vino que tanto nos gustan se veían tentadoras, pero lo que más me gustó fue como quedó mi pastel.
Siendo las nueve en punto, dimos por servido la mesa, -teníamos hambre- y pensamos que la cena de navidad debería empezar temprano mas no a la media noche, mientras dábamos un mordisco a nuestro bocado, pudimos notar lo rico que quedó y no es porque me eleve el ego, sino que tengo que reconocer mi talento en la cocina.
Las visitas a la casa y los mensajes de wassap y facebook, iban llegando, de un timbrazo. En realidad por estas fechas me quedo cortas de palabras por navidad y suele repetir el mismo mensaje o comentario: "Feliz navidad, pásalo acompañado de tus seres queridos, Bendiciones". Es como si sólo por estas fechas tendría que actuar de manera calurosa con los demás, cuando pienso que no debería ser así, asimismo aborrezco el gran comercio de compras de obsequios, y pensar que solo recibiremos regalos en navidad, creo que no debería llamarse navidad sino fiesta por intercambio de regalos.
Pero el post de hoy, no solo se trata de la cocina, sino que por primera vez en mi vida, recibí más visita que de costumbre a la casa, visité a mi tíos y primos en su casa, doblemente cené, me madrugué pasada la media noche, y entre muchas risas a carcajadas, puedo decir finalmente que la navidad es para reencontrarse con los tuyos, cenar todos juntos, tomarse fotos, recordar momentos, solo eso.
Que buena noche la pasé, enserio. No pensé cocinar, reír y comer tanto. Algo así como; reza, ríe y come.
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