El resto de las citas se tornaron deseos concluidos, tanto el como yo estuvimos lidiando con el fuego del deseo, la carne, el amor, lo sucio e infiel que puede ser, también he de sentirme sucia me pregunté, pues encontré una buena respuesta, una sucia digna, sin rendirle cuentas a nadie, llegaré hasta donde se pueda, hasta que nada ni nadie pueda saber de lo nuestro, a menos que uno de nosotros lo confiese ante el todo poderoso. La mea culpa, la confesión perfecta y a la vez castigadora en las penumbras, y liberada al encontrar la paz y la tranquilidad.
_ ¿En que piensas?. - me replicó-.
_ En nada bueno. -sonreí abrupta-
_¿Cómo es eso?. -frunció en ceño-
_ Es decir, hagamos algo distinto, algo entre tú y yo.
_ Me parece muy bien, has dado en el clavo con mis anhelados deseos. - sonrió gozoso-
Nuestra primera noche, fueron inolvidables, fue como la primera vez, o tal vez mejor que nuestra primera vez. Fuimos a un hotel de esos que no tienen mucha importancia, entramos a la habitación, el tomó asiento en la cama, así permanecimos un buen rato, no sabía que hacer, ni como actuar, me encerré en el baño a poner mis ideas en orden. Me desnudé completamente, salí del baño, mientras que el levantó la mirada, fijándose en mi tenaz cuerpo, admirado y halagandome, hizo que me sentara a su costado, de pronto se abalanzó cual fiera a su presa, regalando me los ansiados besos magistrales, esas caricias, recorriendo mi pecho, retorciendo su lengua sin dejar nada en blanco, La satisfacción que inhalaba mientras el iba recorriendome con sus manos, girando me hacia un lado, sientiendo con claridad la erección de su hombría. Mordiendo me un poco más fuerte, un poco más despacio, tomé el primer rol, he hice lo que la imaginación me llevó hacerlo por unica vez en mi vida. Lo tomé entre mis tímidas manos y lentamente se lo fui lamiendo, adentrandolo un poquito a mi boca, con mordidas incluidas y besos furtivos en las orejas y cuello y toda parte que me plazca y me sea comestible, nos adentramos en un mundo totalmente desconocido. Nuestros movimientos fueron acelerandose cada vez más hasta llegar al climax, hasta que nuestros delirios y gemidos se unan en una solo voz.
_Tengo una ropa interior que mostrarte. -le escribí-
_ ...Así, quiero verlo. -me respondió-
_Sí, asi será.
_ Enviame una fotito, para verlo.
_Más bien, enviame tu una foto.
_ (cargando imagen).
_Wow, todo eso es tuyo.
_Mio y tuyo ahora.
Nuestra ansiada cita, se extendió semanas más tarde. Y con sorpresa incluida, me llevó a un hotel merecedor de un buen romance. Antes de entrar a la habitación me advirtió, que esta vez sería muy distinto, en otras palabras, fabuloso. Al entrar a la habitación, vi las mil maravillas. Parecía sacado de alguna revista. Tenía una vista maravillosa abarcando gran parte de la ciudad. Había una terraza cercado por un resistente vidrio. A pocos metros de distancia había un desnivel donde se ubicaba una piscina personal, que incluian jacuzzi y baños con hidromasajes. Una verdadera majestuosidad. En ese momento extasiante para mi, doy la media vuelta, una vez más fui sorprendida. Lo vi completamente desnudo, caminando con mucha seguridad hacia mi, me levantó de peso. Me tuvo encima de sus piernas pasando sus dedos por debajo de mi blusa, desabotonandome y besandome a la par el cuello, los brazos, una vez más sentí una humedad por debajo de mis piernas, y una bultuosa erección entre las suyas, eso me ponía excitada y a la vez docil. Mientras el seguia devistiendome con pasión y sin apuros, nos moviamos lentamente hacia el placer. Nos paramos y me bajo el pantalón, notó mi nueva ropa interior, levantó su mirada hacia mí y me felicitó, le encantó sin duda.
_Te ves hermosa -me dijo con voz baja-
_Lo que te prometí.-sonreí picara-
_Mira como se pone, tocalo.
Agarro mi mano e hizo que jugara con su sexo, Mientras el metió su dedo por debajo de mi truza buscando la campanilla del placer y el orgasmo. En ese momento de tocamientos indebidos, sentimos lo mismo, y en la misma frecuencia nos sintonizamos. Me levantó y me apoyó contra el vidrio de la mampara, retorciendose un poco, su vista dio hacia una columna de cemento, y ahí nos empotramos. Me terminó desvistiendo por completa, y nos hundimos en la piscina, jugando tanto el encima mio, como yo sobre él. Fue lo más excitante que habíamos hecho. La cama estuvo demás.
_¿Te gustó?. -me preguntó.
_Sí. Me has sorprendido. -sonreí-
_Hagamóslo más seguido.
_Pero si tu...-me interrumpió-
_Sólo somos tu y yo, aquí. Nadie más.
Al vestirme, me tentó coger su celular, al ver sus mensajes, leí uno que decía; "vienes". Si ella supiera lo que hacemos, pensé. Al salir, del hotel, le pregunté por ella. Y con mucha serenidad, me miró con quietud, me dijo; -En este momento somos tu y yo. Lo que me pase lo asumo yo, tranquila-. Y poco acostumbrada a sus reflejos, reiteré una vez más el nombre de ella. Con mucho cariño tendió sus dos manos en mi rostro, y mirándome a los ojos, como sin importarle, me dijo; -Ella, esta bien-. me dio un beso en la frente y sonreí para él.
Quedamos en vernos la proxima semana. Me envió un mensaje, diciendo: tengo un lugar especial para ti, es un lugar donde menos te lo esperas. Sonreí, al leer su mensaje y creo que no tengo nada perder, algo he de ponerme es lo primero que ronda por mi cabeza.
Me parecio magistral jejeje... Frank.O
ResponderEliminarGracias por leer Frank. :)
Eliminar