Mis muy queridas primas hermanas, quienes aparentan ser aguas mansas y calmadas, se pronostican de buen clima y ambiente, pero en realidad son de aguas tempanas, turbias y de corrientes muy fuertes, que muy posiblemente no salgas con vida. Así son ellas, dos glamures en potencia dos mujeres ambiciosas, colósas y materialistas. Para mi, inhumanas, insensibles y superfluas.
Cuando eramos niñas, con la prima con quien tenía mayor confianza y seguridad era con Sara, con ella jugábamos, cambiamos a las muñecas, jugábamos hasta después de la media noche, manejábamos bicicleta, patinábamos, saltábamos, dormíamos juntas, etc. Cuando llegó nuestra adolescencia, iba a su casa, dormía con ella, me enseñaba sus diarios, me contaba cosas de chicas, íbamos a las fiestas juntas, hasta que llegó un día que dejó de contarme cosas de niñas, para contarme cosas de adultos, cosas que le pasaban a nuestra familia, a mi familia. Hablaba disparates, palabras fuera de contexto del cual me parecía tan increíble que me costó un poco procesarlo en ese instante, finalmente terminaba creyéndome. A pesar de todo el daño emocional que me generó, seguí confiando en ella, pues mi corazón es piadoso. Fueron años difíciles para mi y mi madre.
Al entrar a la universidad, ella mi prima Sara, me presentó a sus amigos, hicimos un buen grupo y yo me sentía como parte de su grupo, solo me faltaba cambiarme de carrera. Me enamore de uno de sus amigos, y por supuesto él de mi. Era un chico genial, buen bailarín, apuesto, alegre, cantante, carismático, gracioso, un caballero, un buen lector. Y sin embargo me dejé llevar por las voces de mi prima, una vez más caí en su juego y al parecer ella me conocía mejor que yo (ella sabía que me dejaba llevar por voces ajenas), me refutó que no le gustaba el chico, que como podía estar con él, que no lo podía creer, que le había visto. Por ende hizo que mi relación terminará en pocas semanas de haberle dicho que si quería estar con él. En el transcurso del tiempo iba y llevaba información para seguir intoxicándome. Con los años he madurado pero he llevado clases de psicología, neuropsicología, y demás otros cursos y entre vídeos del youtube de como conocer a una persona, que me he vuelto en una analítica en potencia, hace poco tiempo la vi y le noté su desagrado hacia mi persona. Cuando le presenté en ese entonces a mi pareja, ella se quedó tan sorprendida que delante de él y mio, nuevamente soltó sus disparates: "pero si ella es más fría que un tempano, como puedes estar con ella, no lo puedo creer". Inmediatamente le vi que hablaba por ella, veía su propio reflejo, pero también me di cuenta de su tamaña envidia hacia mi, por qué, porque estaba sola. No contenta ella con verme feliz, hizo mofa de mi relación, se divirtió en grande como si yo fuera un títere, pero estaba vez no lo permití, añadiendo como respuesta; "relájate, solo te estoy molestando".
Hace poco estuve internada en el hospital, cerca de dos meses. Y no recibí ninguna llamada de ella. Sin embargo le escribía a mi pareja diciéndole que yo estaba de muy mal humor porque le respondía de mala gana o sencillamente no respondía a sus llamadas. ¡Niñerías!... !me cansé¡...me cansé de socializar con ese tipo de gente, que habla incoherencias, lleva y trae información bombacha y arreglada a su antojo. Puedo decir que recién allí me di cuenta de su verdadero yo, y su capacidad de hacer daño emocional a otros, para sean infelices o es que tal vez como quiere ser la mejor en todo, quiere ser la número uno, que será. Lo cierto es que me decepcionó en su totalidad.
Mi otra prima, Susy. En nuestra niñez no tenía mayor confianza con ella, de echo ella me lleva unos años menos que yo, sin embargo cuando era muy niña me buscaba para agredirme, era una niña huraña, y poco sociable, por lo en mi niñez no me agradaba su presencia, hasta que un día nos dejaron solas en casa, y entre juego y juego terminé descobrándome por lo que me hizo. Finalmente nos perdonamos.
Esa prima es quien más frecuento actualmente, cuando eramos jovencitas le noté que trataba de imitar algunas virtudes mías, como la lectura, comer con palos chinos y entre otras que ya ni recuerdo, en ese entonces no le tomaba mayor interés a lo que hiciera o no, pero ahora los tiempos son otros. Una vez la invité a que participe con uno grupo de amigos míos. y el resultado fue contradecirme, una vez más me entrecejé. Al día siguiente mi amigo me dice que ya no debería frecuentar a mi prima, pues le notó que me trata de dejar mal. Tampoco le tomé mayor interés.
En una reunión familiar, se juntaron Sara y Susy, es ahí donde me di cuenta lo cuan parecidas son, ambas se juntaron e hicieron mofa de mi, de las cosas personales mías que les conté a cada una de ellas. Esa reunión familiar resultó ser un malestar para mí, sin embargo las analicé a cada una de ellas y descubrí que ellas quieren ser las únicas felices cada una muy a su propio estilo. Descubrí una vez más que mas que la envidia es su duro y egoísta corazón. Y me pregunto que tendré yo, para que todo este tiempo me quieran sembrar la desdicha. Una quería arruinar mi vida familiar y pareja, y la otra humillarme con su supuesta inteligencia.
Hoy a estas primas hermanas, que nada de hermanas tenemos, les digo: "vayánse a joder a otra parte".
Cuando eramos niñas, con la prima con quien tenía mayor confianza y seguridad era con Sara, con ella jugábamos, cambiamos a las muñecas, jugábamos hasta después de la media noche, manejábamos bicicleta, patinábamos, saltábamos, dormíamos juntas, etc. Cuando llegó nuestra adolescencia, iba a su casa, dormía con ella, me enseñaba sus diarios, me contaba cosas de chicas, íbamos a las fiestas juntas, hasta que llegó un día que dejó de contarme cosas de niñas, para contarme cosas de adultos, cosas que le pasaban a nuestra familia, a mi familia. Hablaba disparates, palabras fuera de contexto del cual me parecía tan increíble que me costó un poco procesarlo en ese instante, finalmente terminaba creyéndome. A pesar de todo el daño emocional que me generó, seguí confiando en ella, pues mi corazón es piadoso. Fueron años difíciles para mi y mi madre.
Al entrar a la universidad, ella mi prima Sara, me presentó a sus amigos, hicimos un buen grupo y yo me sentía como parte de su grupo, solo me faltaba cambiarme de carrera. Me enamore de uno de sus amigos, y por supuesto él de mi. Era un chico genial, buen bailarín, apuesto, alegre, cantante, carismático, gracioso, un caballero, un buen lector. Y sin embargo me dejé llevar por las voces de mi prima, una vez más caí en su juego y al parecer ella me conocía mejor que yo (ella sabía que me dejaba llevar por voces ajenas), me refutó que no le gustaba el chico, que como podía estar con él, que no lo podía creer, que le había visto. Por ende hizo que mi relación terminará en pocas semanas de haberle dicho que si quería estar con él. En el transcurso del tiempo iba y llevaba información para seguir intoxicándome. Con los años he madurado pero he llevado clases de psicología, neuropsicología, y demás otros cursos y entre vídeos del youtube de como conocer a una persona, que me he vuelto en una analítica en potencia, hace poco tiempo la vi y le noté su desagrado hacia mi persona. Cuando le presenté en ese entonces a mi pareja, ella se quedó tan sorprendida que delante de él y mio, nuevamente soltó sus disparates: "pero si ella es más fría que un tempano, como puedes estar con ella, no lo puedo creer". Inmediatamente le vi que hablaba por ella, veía su propio reflejo, pero también me di cuenta de su tamaña envidia hacia mi, por qué, porque estaba sola. No contenta ella con verme feliz, hizo mofa de mi relación, se divirtió en grande como si yo fuera un títere, pero estaba vez no lo permití, añadiendo como respuesta; "relájate, solo te estoy molestando".
Hace poco estuve internada en el hospital, cerca de dos meses. Y no recibí ninguna llamada de ella. Sin embargo le escribía a mi pareja diciéndole que yo estaba de muy mal humor porque le respondía de mala gana o sencillamente no respondía a sus llamadas. ¡Niñerías!... !me cansé¡...me cansé de socializar con ese tipo de gente, que habla incoherencias, lleva y trae información bombacha y arreglada a su antojo. Puedo decir que recién allí me di cuenta de su verdadero yo, y su capacidad de hacer daño emocional a otros, para sean infelices o es que tal vez como quiere ser la mejor en todo, quiere ser la número uno, que será. Lo cierto es que me decepcionó en su totalidad.
Mi otra prima, Susy. En nuestra niñez no tenía mayor confianza con ella, de echo ella me lleva unos años menos que yo, sin embargo cuando era muy niña me buscaba para agredirme, era una niña huraña, y poco sociable, por lo en mi niñez no me agradaba su presencia, hasta que un día nos dejaron solas en casa, y entre juego y juego terminé descobrándome por lo que me hizo. Finalmente nos perdonamos.
Esa prima es quien más frecuento actualmente, cuando eramos jovencitas le noté que trataba de imitar algunas virtudes mías, como la lectura, comer con palos chinos y entre otras que ya ni recuerdo, en ese entonces no le tomaba mayor interés a lo que hiciera o no, pero ahora los tiempos son otros. Una vez la invité a que participe con uno grupo de amigos míos. y el resultado fue contradecirme, una vez más me entrecejé. Al día siguiente mi amigo me dice que ya no debería frecuentar a mi prima, pues le notó que me trata de dejar mal. Tampoco le tomé mayor interés.
En una reunión familiar, se juntaron Sara y Susy, es ahí donde me di cuenta lo cuan parecidas son, ambas se juntaron e hicieron mofa de mi, de las cosas personales mías que les conté a cada una de ellas. Esa reunión familiar resultó ser un malestar para mí, sin embargo las analicé a cada una de ellas y descubrí que ellas quieren ser las únicas felices cada una muy a su propio estilo. Descubrí una vez más que mas que la envidia es su duro y egoísta corazón. Y me pregunto que tendré yo, para que todo este tiempo me quieran sembrar la desdicha. Una quería arruinar mi vida familiar y pareja, y la otra humillarme con su supuesta inteligencia.
Hoy a estas primas hermanas, que nada de hermanas tenemos, les digo: "vayánse a joder a otra parte".
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