Juguetes por aquí y por allá, ni cuando era niña he tenido tantos juguetes, tampoco recuerdo haberlos tenido regados, pues en casa habían protocolos que cumplir, una de ellas mantener la casa ordenada y cada cosa en su lugar. Mi abuela era quien se encargaba de la limpieza y todo lo que corresponda a la casa. Ella me advertía diariamente, en no rayar las paredes, en no tener los juguetes tirados, en sacarlos en su debido momento, en estar tranquila sentada, y un sinfín que a estas alturas ya ni recuerdo. Como toda niña exploradora, descubridora de las cosas, rayaba las paredes con crayolas, las pintaba de tempera, según yo estaba haciendo realidad el escenario de Nubeluz en la casa, jugaba todos los días con los pocos juguetes que tenía y gracias a ello inventaba cada juego, por lo que en mi adultez me favorece mi alta creatividad para solucionar problemas. Han pasado ya, unos treinta años de aquella infancia. Solo de ver los juguetes por aquí y por allá me hace recordar que jamás...
Después de muchos meses desaparecida de este medio redactor vuelvo a acoplarme con el placer que me nace desde lo más profundo de mis pensamientos y garganta guardada. Este blog nació en el 2011 con la finalidad de desahogo, con la intención de encontrarme y conectarme con mi yo interior. Sabían que por aquel año estuve deprimida, fue un año de muchas preguntas y respuestas como perdón. En el 2012, fue un año de muchos buenos cambios en mi vida, fue el año de la sanación espiritual y la transformación como la buena fortuna que me acompaño todo este tiempo. Ahora en el 2020 tengo muchas cosas que escribir también desahogarme y estirar los dedos. Ha sido un año de pandemia y a su vez un año reflexivo para tomarse el tiempo de descubrir nuevos talentos y darse respuestas a lo que ya antes se venía guardando. Volveré a reconectarme con mis fieles seguidores si es que aun quedan. Si es que hay alguien por ahí, que levante la mano. Gracias.