Estamos a pocos días de la navidad. La
mayoría la pasará en familia, amigos, o a solas. Son muchas las razones por las
que tendrán un motivo siniestro para pensar y hacer un balance de sus vidas
propias.
Hay muchos de nosotros que cree firmemente en la navidad,
otros no lo creen por sus ideologías espirituales y otros son totalmente
increyentes.
La verdad que yo tampoco no sé en quien creer, pero me he tomado el tiempo necesario para darme respuestas y pensar en Dios nuestro padre
y Jesús el hijo del hombre.
No quiero causar, ni tampoco estremecer corazones, ni tener
la razón de la verdad. Sólo quiero hacer referencia de nuestras creencias
religiosas en nuestra vida diaria.
Soy católica de nacimiento, porque así lo decidieron mis
padres, porque también lo decidieron los suyos cuando aún estaban en brazos. Por lo que sigo siéndolo, pero no soy practicante y tampoco me condeno admiradora de la iglesia. No
tengo idea, ni concepto exacto de la teología, tampoco me inquieta saberlo por
el momento. Tengo familiares y amistades
que se han cambiado de religión, tal vez buscando la razón de su vacío o
sencillamente buscando el por qué de la verdad, de la existencia del hijo del
hombre.
Tengo amistades de muchas religiones, muchas de ellas, leen
más la biblia que los mismos católicos, o no sé si llamarle biblia o “escrituras”,
muchos de ellos, se visten con discreción y otros no le toman importancia o tal
vez no le toman enserio la doctrina tan estricta de su predicado.
En otros países adoran a Dioses que ni nosotros conocemos,
otros adoran imágenes de santos, otros a personas que le hacen milagros. Al
final se resume en la fe misma del corazón de uno mismo, en la propia creencia
espiritual. La verdad es incierta cada vez más.
Naturalmente a Dios se le conoce como Yahvé o Jehová la
diferencia está en las distintas lenguas, cuando mencionan en las películas el
rey de los judíos, entonces queda la incertidumbre, ¿acaso somos judíos?, o en el caso de los romanos que
condenaron a Jesús en la cruz y ahora ¿estamos bautizados como Católicos
romanos?, la verdad es extraña, y no quiero llegar a desmenuzar e irme por las
ramas, porque no es mi especialidad.
Cada día nos volvemos más materialistas, si bien es cierto
Dios, no creo la Iglesia ni puso una iglesia en la tierra para que lo adoraran,
es una tradición humana, tal vez fue para usarlo como templo de oración. Pero
desde tiempos remotos ha habido intercambios de monedas.
Cualquier iglesia, capilla o parroquia de cualquier religión
ha crecido exhuberantemente, no sé adónde va a parar el dinero. Los gestos
espirituales se miden en gestos espirituales y no en lo material. Todos hemos
convertido el templo de oración en un bochornoso comercio. Quien da más, con
nombres y apellidos completos para que los demás lo vean, se acuerdan de las
otras personas cuando llegan fechas navideñas sólo para tomarse foto, o sólo
para otorgar algo material, cuando el verdadero valor es lo espiritual, estamos
tan escasos de amor que lo buscamos en todas partes.
Por qué creen que tanto hombres como mujeres, le temen a enamorarse, o lloran por amor, o
sencillamente su corazón está tan turbado de emociones encontradas sin saber qué
hacer.
Dios mandó a su único hijo justamente para eso, para llevar
y predicar el amor, el verdadero amor y transmitirlo de persona a persona.
Digamos que Dios es el Dios del amor, y nosotros tenemos que alimentarnos día a
día de eso, pero no sabemos cómo. Y para desgracia del quien me lee yo tampoco
lo sé.
Pero lo que sí puedo dar por seguro es que nuestro corazón
cada día se hace más duro, más perverso en poder perdonar y abrazar a alguien. Para otras personas el amor lo consideran un sacrificio, cuando no es así, tampoco es maldad ni
doctrina. Para consuelo de muchos de nosotros de cualquier índole religiosa o
creencia, sin conocer a Dios o Jesús en persona, somos muchos los que creemos y
nos ponemos a disposición de ellos -Dios y Jesús- sin objeción alguna.
Lo único que puedo decir, es: Aprendamos amar diariamente
para que nuestro corazón malicioso, angustiado, sane y cure sus heridas con tiempo. Es algo que me he dado cuenta y estoy aprendiendo...
Hola Jill Rosas......interesante reflexión...quién lo escribió????.......cuando entendamos en toda su magnitud q el verdadero sentido de la vida es DAR...sin esperar nada a cambio, talvez empecemos a construir un mundo mejor. Un abrazo y recibe un Feliz Año Nuevo!!!!!!!... Rosa Elena.
ResponderEliminarHola Rosita, soy yo la quien lo escribió, bienvenida a mi blog :)... exacto, es dar sin esperar nada material a cambio! :) mas si algo espiritual nuestra propia paz y felicidad. Un fuerte abrazo y que pases un buen año, besos.
ResponderEliminarJill que buena reflexión, aprendamos a AMAR entonces!... Sheyla Arones.
ResponderEliminarGracias Sheyla por tu comentario :)
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